Todos tenemos nuestros héroes. En el caso de mi abuelo supongo que era Roberto Alcázar y Pedrín y después Manolete. En mi caso, era fan de Anacleto o Súper López. Los héroes son inmutables, siempre los admiras pero no son eternos, ni siquiera los héroes. Con el tiempo los cambias, de Tintín a James Bond, de los famobiles a los Lakers, y de E.T. a Shreck.
No es que abandones a unos por otros pero sí que los vas desplazando en el tiempo. Un día, ya olvidados, los redescubres y vuelven a ser los héroes de siempre pero un poco más achacosos y no tan molones como el último de los adquiridos. Confieso que nada tienen que ver los valores de mis héroes ahora que cuando era pequeño. Admito que ahora exijo a un buen héroe el ser capaz de reírse de si mismo, admitir con humildad sus achaques y ser capaz de estar por encima de ellos.
Sí es cierto que antes a un buen superhéroe le pedía una visión de rayos X y capacidad de volar, no había nadie comparable a Superman 3. Cómo me alegré aquellas Navidades que mi madre me llevó a verlo al cine Narváez. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza y nos va doblegando, reconozco a un buen superhéroe por su resiliencia, por saber gestionar una buena silla de ruedas, por afrontar con humor a todo y a todos.
Reconozco como héroe a toda aquella persona capaz de inventarse una vida aparte de la rutina, capaz de ir todos los días en bus a un trabajo que no le gusta con tal de obtener luego un tiempo libre que dedicar a algo que le merezca la pena. Un buen héroe te espera con la puerta del metro abierta y se reúne contigo un jueves por la noche a tomarse unos vinos y a partirse de risa.
Un superhéore es aquél que paga sus impuestos convencido de que es lo mejor que puede hacer y que puede sacrificar un fin de semana con tal de que unos chavales esté ilusionados con jugar un torneo de fútbol. Hay infinidad de héroes, padres, discapacitados, pesimistas y carteros, mujeres y carniceros, hijos y enfermeras. Confieso que nunca me fueron las películas de tipos duros pero reconozco que cuando éstos empezaron a hacer pelis en las que se reían de ellos mismos, los empecé a identificar como dos de mis héores preferidos, buena semana.